Se funda en la afirmación de que todo conocimiento implica la asistencia directa de la razón, facultad de las ideas y primeros principios, no admitiendo conocimientos puramente experimentales o sensibles, sino sensible-racionales y racionales puros.
No debe confundirse con intermediarismo, que atribuye a la percepción de los caracteres un conocimiento originario independiente de toda reflexión o actividad comparativa.
Los interpretacionistas construyen la realidad, valorando los datos experimentales según los principios de la razón.
El conocimiento del mundo externo es para ellos de naturaleza distinta que el del mundo interno, debiendo llamarse mejor concepción que percepción.
Una segunda forma de interpretacionismo menos lógica, sin duda, es la empírica.