Las tropas irregulares cárpato-ucranianas y los Cárpato Sich, sin apoyo adicional, fueron derrotadas rápidamente.
El ejército húngaro también tuvo la ventaja del Primer arbitraje de Viena, que hizo posible que los húngaros tomaran posesión del área donde los checos construyeron sus fortificaciones permanentes contra Hungría.
En la noche del 17 de marzo, las últimas tropas checoslovacas abandonaron Khust y se retiraron a las fronteras rumanas.
La campaña de invasión fue un éxito, pero también demostró que el ejército húngaro aún no estaba listo para una guerra completa.
Las desventajas impuestas por el Tratado de Trianón eran claramente visibles, pero la moral y el espíritu nacionalista de los soldados eran elevados, al igual que la población civil, que también es importante para construir un ejército nacional fuerte.