Cuando el problema del firme reside en la base, debido a un índice de huecos elevado, con la inyección se consigue la rehabilitación estructural en su totalidad.
En todo caso, si fuese necesario mejorar también irregularidades superficiales, se solucionaría utilizando sólo una fina capa de aglomerado.
La técnica habitual que consiste en recubrir el firme con una capa considerable de aglomerado resulta, además de bastante más cara, mucho menos efectiva a medio y largo plazo ya que no se resuelve el problema estructural.
La inyección de firmes consta de las siguientes fases: Se realizan taladros en las losas que permitirán la posterior inyección del material a introducir.
La inyección se realiza de forma progresiva, barriendo los taladros en secciones transversales a la calzada.