Es necesario mantener la tobera en una temperatura menor a la de descomposición del combustible y, de esta forma, evitar que se forme carbón en los orificios.
La tobera muchas veces está provista de una camisa que permite conducir el agua de refrigeración hasta la cabeza y enfriar eficazmente esa zona.
El agua es impulsada por una bomba independiente y su vuelta al tanque está abierta para permitir el control.
Una vez inyectada la cantidad impulsada por la bomba de inyección el muelle empuja la aguja de nuevo contra su asiento, quedando así preparada para una próxima nueva embolada.
Si posee un único orificio este puede estar ubicado en el centro o en un costado del extremo.