Durante su niñez, se mudó con sus padres a la cercana ciudad de Pleven, desde entonces, Irina desarrolló dos aficiones muy diferentes, la gimnasia rítmica y la música.
Al llegar a la edad universitaria, Irina decide compaginar sus prácticas musicales con la carrera de medicina, para cuyo estudio se desplaza a Sofía, la capital búlgara, donde conoce a muchas estudiantes también vinculadas al mundo del espectáculo.
En 1994, aparece el tercer álbum de Irina Florin, y el primer disco exitoso de su carrera, gracias a su estilo ecléctico que combina el New age con la música Pop.
Desde este año, la carrera de la cantante comenzó una etapa de repentino auge, pues, cada álbum que fue publicado desde entonces, alcanzaba un éxito cada vez mayor.
Sus creaciones, sin embargo, siempre han sido, y siguen siendo bastante polémicas ya que muchas de sus propuestas han sido calificadas en repetidas ocasiones, de rompedoras y provocadoras, aunque no han dejado a nadie indiferente.