Existe una notable brecha entre la proporción de no creyentes en Alemania Occidental, donde la mayor parte de la población es católica o protestante, y Alemania Oriental, donde la mayoría se identifica como atea.
[5][6] El ateísmo está extendido entre jóvenes y mayores, aunque sobre todo entre los primeros.
[8] Este fenómeno se ha atribuido a las agresivas políticas adoptadas por el Partido Socialista Unificado de Alemania favorables al ateísmo de Estado en la República Democrática Alemana.
Aun así, la promoción del ateísmo solamente se produjo en los primeros años; después, el Estado permitió a las iglesias disfrutar de un nivel relativamente alto de autonomía.
Además, estas altas cifras de ateos no se corresponden con otros países del entorno, como Europa Occidental, Europa Septentrional y otros antiguos Estados socialistas.