Isla Eolia

Homero la describe como una isla flotante,[1]​ donde habita Eolo el hijo de Hípotes.

Con el Céfiro que les envía Eolo, Odiseo y sus hombres navegan durante nueve días, y al décimo día, una vez avistada la tierra, sus hombres con envidia hacia Odiseo desatan el saco de vientos, creyendo que era oro, haciendo que todas las embarcaciones regresen a la isla de Eolo.

Odiseo no logra otra nueva ayuda del rey y con funesto numen es expulsado de Eolia.

La identificación de la isla se comprende así: En la Edad de bronce era frecuente calificar como "muro broncíneo" a la roca escarpada que el sol ilumina, como ciertas islas, y en la Odisea esta isla se encontraba a siete días de Telépilo de Lamos, luego podría ser Pantelaria si desplegaron velas y así navegaron.

Una "isla flotante" que se desplaza diariamente da pie a sospechar que, durante diez días de vuelta, Pantelaria-Eolia se alejaba lo mismo, pudiendo haberse retirado a lo más hondo del mediterráneo.