La costa occidental está formada por arrecifes inabordables debido a que la mar rompe permanentemente sobre ellos con violencia.
[2] La región es afectada continuamente por vientos del oeste y por el paso frecuente de sistemas frontales.
El verano comienza en septiembre y los vientos empiezan a rondan del NW al SW.
En los meses de diciembre, enero y febrero los vientos ya soplan casi exclusivamente del SW con gran intensidad.
En mayo se observan bravezas de mar que traen mucha marejada.
Los meses de junio y julio se consideran los peores del año.
En la mayoría de los senos, esteros y canales las tierras altas hacen cambiar la dirección del viento verdadero.
En los puertos y fondeaderos que se encuentran a sotavento de las tierras altas, cuando los chubascos que soplan por lo alto encuentran quebradas o valles, bajan por ellos en forma repentina y violenta, a estos chubascos se les conoce como “williwaws”.
En el surgidero Ignacio se puede fondear en 16 a 26 metros de agua pero sus condiciones son inferiores al primero.
Desde mediados del siglo XX esos canales son recorridos con seguridad por grandes naves de todas las naciones, gracias a los numerosos reconocimientos y trabajos hidrográficos efectuados en esas peligrosas costas.
Por más de 6.000 años estos canales y sus costas han sido recorridas por los kawésqar, indígenas, nómades canoeros.
Los únicos seres vivos que vieron fueron patos a vapor, martín pescador y águilas.
Ese día tuvieron que lamentar la muerte del sargento infante de marina Lindsay por una infección intestinal.
Al mediodía del 27 zarparon de puerto Javier y continuaron levantando la isla hacia el sur.
Arribó al cabo Tres Montes el 14 de diciembre y esa misma tarde fondeó en puerto Barroso.