Isla de Santa Marina

El nombre cambió cuando, también en época medieval, se levantó en la isla una ermita dedicada a Santa Marina.

[1]​ No obstante otros autores discrepan de este dato, aduciendo que en realidad el abandono se produjo por el hecho de que los monjes jerónimos no lograban sustentarse con las rentas otorgadas al monasterio, por lo que se trasladaron al de Corbán; además estas fuentes también señalan que por aquella época (siglo XV) la isla aún no era tal, sino una península.

[3]​ En cualquier caso Santa Marina no quedó abandonada, ya que Pedro de Hoznayo vivió allí hasta su muerte, siendo enterrado en ella, en un sepulcro cubierto con una losa con su efigie.

Una vez el monasterio quedó en ruinas, el sepulcro y los restos de su fundador fueron trasladados a Corbán.

Ya en el siglo XVII la isla pasó a manos de los Jorganes, sus propietarios actuales.