Isquemia crónica

En estadios más avanzados, aparece dolor incluso en reposo y, si la enfermedad progresa, puede llegar a haber lesiones ulcerosas, necrosis e incluso gangrena franca.

En la mayoría de las ocasiones el diagnóstico se establece con la exploración física del paciente.

A pesar de ello, es imprescindible conocer con exactitud la repercusión de la enfermedad para lo que son necesarias algunas pruebas diagnósticas específicas entre las cuales las denominadas técnicas no invasivas y, concretamente, el examen mediante doppler continuo, son las indicadas en la valoración inicial.

Sólo si se plantea alguna actitud quirúrgica o intervencionista será necesaria la realización de estudios invasivos entre los cuales la arteriografía con contraste continúa siendo la prueba más utilizada.

En casos muy avanzados o si fracasan los intentos de salvar la extremidad puede ser necesaria la amputación.