Durante los siguientes 7 años publicó trabajos no científicos, presuntamente por la agitación política de la era.
En los años 20, enseñó en la recién establecida Academia Comunista, y fue un oficial en el Instituto Químico.
Analizando el desarrollo de las ciencias naturales, buscó destapar su lógica específica.
Según Orlov, las leyes del pensamiento se deben tratar como reglas formales, atadas a leyes de la identidad y la contradicción (cuando Orlov escribió esto, todavía no se habían inventado la deducción natural, el cálculo secuencial ni las tablas semánticas).
Si se insiste en que el corolario es una condición necesaria de las premisas, entonces, según Orlov, necesariamente se llegaría a una lógica no aristotélica, dialéctica por naturaleza.