[5] Desde las presidenciales de 1988, los trabajadores manuales han votado más al Frente Nacional que el conjunto del electorado.
[7] El FN redactó en 1992 las «51 medidas por hacer balance sobre lo social», las cuales, según Dézé, «pasan todas por el prisma de la preferencia nacional [...], lo que impide por tanto considerarlas como relevantes para orientaciones de izquierda (una constatación que sigue siendo válida en la actualidad).
[10] Durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2007, Pascal Perrineau empleó igualmente los términos «izquierdo-sarkozismo» e «izquierdo-bayrouísmo» (gaucho-sarkozysme, gaucho-bayrouisme) para evocar la «disonancia» entre la proximidad partidista y la opción elegida que afectaba más a la izquierda que a la derecha, según la cuarta ola del Barómetro Político Francés (BPF).
[11] Durante estas elecciones, los obreros conformaron la categoría social dentro de la cual Le Pen resistía mejor, pasando en 2002 del 23 % al 16 %.
[13] Evocando las elecciones presidenciales de 2017, Pascal Perrineau subrayó que «el FN ha obtenido una mayoría absoluta solamente en dos departamentos: Paso de Calais y Aisne», «dos departamentos donde votar a la izquierda es una tradición histórica»; indicó asimismo que los votantes del FN eligieron mayoritariamente a Jean-Luc Mélenchon como segunda opción.
[17] En su obra Ces Français qui votent FN (1999),[18] Nonna Mayer emplea el término «obrero-lepenista» para designar el intento de Bruno Mégret de desarrollar redes sindicales del FN entre los pequeños empresarios y en las administraciones públicas.
Él identifica varios factores para explicar esto: En 2017, Pascal Perrineau publicó una nueva obra consagrada a este tema en la que reafirma la validez del concepto de izquierdo-lepenismo.