Ha sido proclamado venerable por la Iglesia católica.
Frecuentaba los hospitales de Barcelona y se dio cuenta de que los más pobres y necesitados estaban carentes de apoyo institucional y de asistencia.
Había conocido la obra de José Benito Cottolengo en Turín y quiso crear una institución similar en Barcelona para atender este sector.
Aunque murió sin ver la casa abierta, su superior, el padre Juan Guim Molet y el laico Rómulo Zaragoza, del cual era director espiritual, se comprometieron a llevar a cabo su objetivo y, en 1932, fundaron el Cottolengo del Padre Alegre en Barcelona, con el apoyo del obispo Manuel Irurita.
El 9 de mayo de 2014, por decreto del papa Francisco, le fueron reconocidas las virtudes heroicas, con lo cual fue elevado a venerable.