Murió por la fe cristiana durante la rebelión de 1896.
Su infancia transcurrió trabajando y estudiando, rodeado de su familia.
Su obispo, monseñor de Pompignac, le nombró vicario en Roannes-Santa María, donde sustituyó a un sacerdote enfermo y envejecido.
Se desempeñó como sacerdote diocesano durante nueve años.
[2] Debido a su deseo de evangelizar tierras lejanas, y para conectar a tierra su vida espiritual en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, que solicita la admisión a la Compañía de Jesús y entró en el noviciado en Pau el 31 de octubre de 1873 a la edad de treinta y cinco.