[1] Procedente de una familia aristocrática aragonesa que se había empobrecido tras la Guerra de la Independencia, Jaime Ortega y Olleta escogió por vocación el mundo de las armas, aunque, como muchos otros compañeros, pronto se acercó a la política.
Su carrera posterior fue rutinaria: aunque llegó a general, no sobresalió por sus cualidades tácticas.
La amistad con la infanta Luisa Carlota de Borbón, que había vivido los acontecimientos previos a la muerte de Fernando VII, despertaron su animadversión hacia los liberales.
Son conocidos los contactos del marqués de Salamanca, financiero del régimen isabelino, con los conspiradores carlistas, así como las relaciones de Bravo Murillo y Escosura con la citada Comisión Regia.
Sin embargo, no se pudo demostrar la conexión intrarrégimen de la trama.