James Kantor

En 1962 se casó, y adoptó a los dos hijos de su esposa Bárbara.

Harry Schwarz, un amigo íntimo y conocido político, se convirtió en su abogado defensor en el juicio.

Kantor huyó del país y se estableció en Londres (Reino Unido), donde trabajó en publicaciones para la industria cinematográfica.

En 1967 escribió una autobiografía, llamada A Healthy Grave (‘una tumba saludable’).

[2]​ Sin embargo, su salud nunca se recuperó del duro trato recibido durante la estancia en prisión a la espera de juicio.