Cuando expresó su deseo de ser jesuita lo enviaron a Dunaburg, en Rusia Blanca (ahora Daugavpils, Letonia).
Tras cuatro años en Pusza (1812-1816) enseñó en Orsa hasta 1820, año en que los jesuitas fueron expulsados de Rusia y debió exiliarse.
A petición del gobierno belga en 1837 se reanudó la obra de los Bolandistas en Bruselas.
Apoyó a Augustin De Backer que relanzó la Biblioteca Scriptorum Societatis (1844).
Con los artículos y los libros se reanudaron las polémicas, entre otras con el filósofo Antonio Rosmini.
La proclamación de la efímera República Romana por Giuseppe Mazzini en 1848 lo forzó a abandonar Roma.
Visitó a los jesuitas de Francia, Bélgica, Países Bajos, Inglaterra e Irlanda.