Vemos una gran verticalidad marcada por los árboles, cipreses, los cuales realizó primeramente y aparecen cortados en la parte superior.
A continuación, con grandes pinceladas horizontales y compactas pintó los espacios de cielo que quedaban entre ellos.
Otro corte horizontal está representado por el seto, que se encuentra en un plano más cercano al espectador.
Al fondo a la izquierda se abre un camino, en el que vemos una fuente, algo característico también de las ciudades del sur.
Así como también, en esta intervención modificará la sombra situada en primer término, unificándola y dándole la sensación de uniformidad.Por último, Raimundo firmó la obra en la parte inferior izquierda del cuadro.