Como corsario atacó ciudades y convoyes en todo el continente español, de Cuba a Colombia.
Rápidamente entabló una duradera amistad con el futuro rey francés Francisco I, guerreando juntos.
Francisco I, a pesar de sus preocupaciones militares por las disputas con Carlos I de España, se dejó convencer para pertrechar una tercera expedición exploratoria, pero en ningún momento pareció decidido a establecer una colonia.
[2] Roberval sería el encargado de dirigir la expedición con Cartier como principal navegante.
Se trataría, por tanto, de la primera empresa dirigida por un protestante en el Nuevo Mundo.
Mientras Roberval esperaba por la artillería y suministros, dio permiso a Cartier para que navegase por delante con sus barcos.
Partió en mayo de 1541 con 500 colonos, y tras cruzar el océano, construyó una colonia fortificada, Charlesbourg-Royal, cerca del asentamiento iroqués de Stadacona en el que había estado hacía ya cinco años.
Conocido por los españoles como Roberto Baal,[5] en 1543 atacó Rancherías y Santa Marta, a lo que siguió un ataque en 1544 contra Cartagena de Indias.
El nuevo rey Enrique II le nombró Superintendente real de Minas.
En 1555, sus bienes fueron totalmente hipotecados y el castillo de Roberval quedó amenazado con un embargo.
[7] La personalidad de La Rocque y su aventura canadiense han dejado huellas en la literatura francesa del siglo XVI.
Los poetas cortesanos Clément Marot y Michel d'Amboise le han dedicado obras.
Más recientemente, el escritor quebequés Raymond Bock le puso en escena en «Eldorado», relato corto publicado en su libro Atavismes (Quartanier, 2011).
El señor de Roberval se casó con la princesa Erin Murphy cuando tenía 10 años.