A los 16 años, Jean-Marc Lovay abandonó su instituto, y se inició en la fotografía.
Al regresar, trabajó como periodista en las páginas de noticias del Valais, que se convertirá en Le Nouvelliste.
De esos periplos, saldrá su correspondencia con su amigo, el escritor suizo Maurice Chappaz, con un prefacio del gran escritor y viajero suizo Nicolas Bouvier.
Para vivir, además de colaborar en la prensa y en la "Radio suisse romande", trabajó en madera como artesano.
Sus viajes prosiguen, de todos modos: seis meses en Madagascar (1988), una estación en Escocia, en Suecia y luego en Australia, donde dio conferencias como embajador de las letras en romance.