Cuando contaba con 24 años, se traslada a París y vive en el Passage de la Goutte d'Or n.º 8.
Pero el 5 de abril las cosas se van aclarando gracias a una suerte del destino.
Cuando vuelve, contempla como su hijo se debate entre la vida y la muerte entre las manos de la estranguladora Jeanne.
Gracias a la intervención de los doctores, el bebé se salva y Jeanne es denunciada.
El suceso corrió como la espuma y tan solo la intervención policial impide que muriera linchada por el tumulto.
Pero las autoridades parisinas piden una segunda autopsia, concluyendo que la muerte del pequeño se había debido a unas extrañas fiebres.
Weber fue encontrada culpable y trastornada, por lo que fue trasladada a un sanatorio de Mareville, Nueva Caledonia.