Hijo de José Juan Guajardo Tijerina y María Martínez Barreda, en 1913 se unió al Ejército Constitucionalista ante la usurpación presidencial del general Victoriano Huerta.
Al entrar, los hombres de Guajardo tocaron el clarín tres veces haciendo llamada de honor y al apagarse la última nota, abrieron fuego contra el Jefe Sureño cayendo muerto en el umbral del lugar.
El pequeño ejército zapatista, que se encontraba afuera descansando, también fue atacado y ante el desconcierto salieron huyendo.
Días después Guajardo reportó un número aproximado de 30 víctimas (entre heridos y muertos).
En la capital del país, Guajardo era alabado constantemente por los periodistas, que durante años habían calumniado a Zapata.