Es hijo del ingeniero y economista Joaquín Vallejo Arbeláez y se le reconoce además en el ámbito cultural de Medellín, como un gran conocedor del tango.
Es férreo defensor de iusnaturalismo, aunque su posición iusfilosófica sólo ha sido plasmada en su blog jurídico.
Su desempeño, marcado por el recuerdo del entonces reciente holocausto,[2] se dio en el marco de la última sala constitucional, pues en 1991 ésta desapareció y fue creada la Corte Constitucional de Colombia.
[5][6] Aunque de cercanía familiar al Partido Liberal Colombiano, Vallejo profesa ideas conservadoras, que ha plasmado en opiniones públicas sobre el aborto o la religión,[7] y sobre todo en su opinión sobre la Constitución colombiana de 1991,[8] a la que ha llamado "código funesto"[9][10][11]
En el ámbito cultural de Medellín, Vallejo es un reconocido "tanguero", referencia en tertulias sobre el tema.