Entre ellos, los misterios grecorromanos, la mitología del antiguo Egipto y otras analogías generales en las que se encuentran patrones culturales compartidos de dioses que mueren y resucitan en el contexto del mito de Jesús.
[2][3][4][5] Se han señalado numerosos paralelismos entre los puntos de vista cristianos sobre Jesús y otros principios religiosos o míticos.
[5][3] No obstante, el profesor estadounidense de teología Paul Eddy y el pastor evangélico Gregory Boyd (1957-) afirman que no existe evidencia de una influencia histórica de los mitos paganos, como los dioses que mueren y resucitan en los autores del Nuevo Testamento, y muchos académicos admiten que este tipo de influencia histórica es totalmente inverosímil, dado que los judíos galileos monoteístas del siglo I no estaban abiertos a mitos paganos.
[2] Los expertos debaten un buen número de temas generales relacionados con los paralelismos entre Jesús y otros mitos.
[5][6] A finales del siglo XX, entre los estudiosos había un consenso general contra la fiabilidad de los razonamientos utilizados para sugerir esta categoría.
[6] Otros expertos, como el estadounidense Samuel Sandmel (1911-1979), profesor de Biblia y Literatura Helenística en el Hebrew Union College, consideran que las conclusiones que se extraen simplemente de similitudes observadas son totalmente inválidas.
[19][20] En el siglo II, Justino Mártir contrastó la comunión de iniciación mitraica con la eucaristía:[21]
Tertuliano describió estos ritos como una falsificación diabólica del bautismo y de la unción de los cristianos[23] A principios del siglo XX, Gerald Massey alegaba que hay similitudes entre el dios egipcio Horus y Jesús.
[25][26] Porter señala que las analogías de Massey y Kuhn incluyen numerosos errores.
Por ejemplo, Massey sostiene que las referencias bíblicas al rey Herodes el Grande se basan en el mito de Herrut, la malvada serpiente hidra, mientras que la existencia de dicho rey puede establecerse perfectamente sin recurrir a fuentes cristianas.
[33][34] George Albert Wells, ideólogo del mito de Jesús, sigue viendo una analogía entre Osiris y la resurrección de Jesús según las epístolas paulinas, ya que Osiris muere y es enterrado el primer día y su resurrección se celebra el tercer día con el grito jubiloso de «Osiris ha sido encontrado».
[27] Porter señala que el arte cristiano realizado siglos después de la escritura del Nuevo Testamento no podría haberlo influenciado.
[40] No obstante, las ilustraciones posteriores del arte cristiano tienen muy poco que ver con el origen de los textos bíblicos.
Por ejemplo, Leslie Houlden afirma que aunque en épocas modernas se han detectado paralelismos entre las enseñanzas de Jesús y Buda, estas comparaciones emergieron después de que hubiera contacto con misioneros en el siglo XIX y no hay evidencias históricamente fiables de que existiera relación entre el budismo y Jesús.
[55] Estudiosos como Paul Numrich afirman que a pesar de las analogías superficiales no académicas, budismo y cristianismo presentan diferencias inherentes e irreconciliables en lo más profundo.
Algunos eruditos modernos sostienen que los detalles de la vida de Jesús presentan similitudes con mitos antiguos y podrían estar influidos por ellos,[1] y otros estudiosos sostienen que las analogías no tienen base histórica.
[79] Posteriormente, en «The Masks of God: Occidental Mythology» (Las máscaras de Dios: Mitología occidental), Campbell afirma que «está claro que, sea exacta o no en los detalles biográficos, la conmovedora leyenda del Cristo crucificado y revivido estaba ideada para añadir nueva calidez, inmediatez y humanidad a los viejos relatos sobre los adorados Tammuz, Adonis y Osiris».