[2] Recibió el Premio alemán de literatura juvenil en 1961 y ha sido traducido en 33 idiomas.
"[4] Ende no veía su libro como literatura infantil,[5] solo escribía para sí mismo.
La historia comienza en una pequeña isla llamada Lummerland, que tiene el espacio suficiente para un pequeño palacio, una estación de trenes y raíles por toda la isla, una tienda, una pequeña casa, un rey, dos súbditos, una locomotora llamada Emma, y el maquinista de la locomotora que se llama Lucas (Lukas) (que, como funcionario de ferrocarriles, no es un súbdito).
Un día, el cartero -que tiene que llegar por barco- deja un paquete con una dirección casi ilegible para una Sra.
Su hija, Li Si, había sido raptada y estaba retenida en la Ciudad de los Dragones.
Después de una cordial bienvenida en Lummerland, Jim y Li Si se comprometen.
Finalmente, Emma tiene una hija, una pequeña locomotora, a la que llaman Molly, Jim Botón y los 13 Salvajes (título original Alemán: Jim Knopf und die Wilde 13) es la segunda parte de las 2 en que fue dividido el libro para su edición.
Jim recuerda la capacidad del Sr. Tur Tur de parecer un gigante cuando es visto desde lejos, así que Jim y Lucas deciden invitarlo a Lummerland para que su habilidad lo convierta en un faro viviente.
Esto los lleva a un incierto encuentro con el Gran Imán de Gurumuch en las rocas magnéticas.
Mientras tanto, Molly, la locomotora de Jim, que Jim y Lucas habían dejado en las rocas durante la búsqueda del Sr. Tur Tur, había sido raptada por una banda de piratas llamada los 13 Salvajes.
Los 13 Salvajes, reformados por su sacrificio se quedan en el reino de Jim como protectores y guardia real.
China es aún un imperio, los indios nativos americanos y los esquimales todavía viven de modo tradicional, sin embargo, hay transatlánticos, teléfonos, un servicio postal, goma de mascar y otras comodidades modernas.
China esta descrita de modo fantástico; en posteriores ediciones alemanas el nombre del país pasó a ser Mandala, pero en ediciones más recientes se recuperó el nombre original.
En Lummerland sus habitantes llevan una vida idílica, con apariencia anticuada, pero disfrutando de las comodidades modernas.
Como el Frankfurter Allgemeine Zeitung escribió, los niños leen Jim Botón en un momento de su vidas en la que "la existencia de dragones es tan real como los dinosaurios y los reyes son más cercanos que los ministros".
Fuera de Lummerland, sin embargo, él corre aventuras, conoce culturas exóticas, lucha con dragones y finalmente, salva a la princesa (como ocurre en los cuentos clásicos, Jim crece y madura).
Voss identifica numerosas referencias literarias en el libro, algunas contrarias al adoctrinamiento Nazi del joven Ende y otros jóvenes, que provienen de su interés por Darwin y su conocimiento de la cultura e historia inglesa.
[note 2] Como el auténtico Jemmy Button, el Jim Botón de Ende es enviado a una isla nación[4] y es visto por sus habitantes como exótico, pero en su caso es rápidamente aceptado y llega a ser querido.
Quée se suministra desde todos los rincones del mundo una vez a la semana y recibe el correo por barco, creando Ende su propia versión de la Royal Mail Steam Packet Company.
Manga, quien, como el estereotipo del Inglés, viste bombín, lleva un paraguas, es cortés y muy educado.
[4] Todos los alumnos de la dragona han sido raptados y llevados allí contra su voluntad.
Los libros infantiles fueron imbuidos con la política racial nazi y la Atlántida fue mencionada en muchos de ellos.
"[4] Ende muestra este escenario, solo con el definitivamente no-rubio Jim Botón como rey, y crea un paraíso multiétnico y multicultural, una utopía donde las personas de todos los puntos de la tierra e incluso los pájaros acuden en masa porque allí no hay miedo.
Al principio de su libro, Ende escribe: "Lokomotiven haben zwar keinen Grossen Verstand - deshalb brauchen sie ja auch immer einen Führer" [12] En castellano, la frase tiene sólo su significado superficial, "Las locomotoras en realidad no tienen una gran comprensión - por lo que siempre necesitan un conductor".