Se vio forzado a hacer denuncias públicas de su venerado maestro Sun Yefang, sobre lo que más tarde expresó su profundo pesar.
En los diez últimos años se ha unido a Qin Hui, He Qinglian y otros intelectuales públicos, para priorizar la justicia social entre los asuntos de la agenda política.
El periódico estatal Diario del Pueblo fue autorizado a llamarlo así, hecho indicativo de que sus ideas económicas y políticas molestan al liderazgo actual.
Wu indicó que desde 2004 «los maoístas del viejo estilo» han ido ganando influencia en el Gobierno.
[1] Debido a estas tendencias, Wu no es optimista sobre el futuro de China, porque «[los maoístas] el maoísmo quiere volver a la planificación central y los compinches quieren enriquecerse».