Participó en el desembarco a las órdenes de Liniers resultando herido en el combate.
El buque salió en convoy con el navío Alejandro I de 74 cañones y las fragatas Prueba (de 50 cañones) y Primorosa Mariana (mercante).
Ninguno iba en condiciones adecuadas a la travesía y se dispersan.
En el ecuador, el Alejandro vuelve al puerto de Cádiz por hacer agua.
La fragata Prueba pudo llegar al Callao tras prolongada y difícil navegación.