Renunció a una cátedra universitaria en Barcelona para continuar su ministerio sacerdotal.
La educación femenina era fundamental, tanto la formación humana, intelectual y cristiana, ya que la mujer tenía que ser después la educadora de las generaciones jóvenes e influiría directamente en todos los ámbitos de la sociedad.
Fue nombrado en dos ocasiones vicario general del obispo de Gerona y propuesto varias veces para ocupar el cargo de obispo, que rehusó.
Fue también director espiritual de Lliberada Ferrarons,una mujer olotense, trabajadora textil, que tuvo visiones y experiencias místicas durante una larga enfermedad que la tuvo trece años en la cama.
Como consecuencia del golpe se le formó un flemón y una gangrena, sobrevivió dos meses y finalmente murió el 26 de agosto de 1886.