[1][2] Debutó en 1989 como Max en El cazador furtivo de Carl Maria von Weber en Johannesburgo.
En 1996 debutó en la Ópera Estatal de Viena, teatro con el que tuvo una especial relación y que se convirtió en su hogar artístico, siendo nombrado en 2003 Kammersänger de esta institución y siendo así el cantante más joven a quien le ha sido concedida tal distinción.
Residía en Viena y adquirió la nacionalidad austríaca, si bien viajaba regularmente a su país natal.
También fue un asiduo en el Metropolitan Opera House, donde llegó a cantar diez papeles y hacer ochenta funciones.
[3] Su voz era de timbre noble y elegante fraseo y versátil para afrontar desde pesados roles wagnerianos a algunos papeles del repertorio verdiano más ligeros: Radamés en Aida, Don Carlo o Don Álvaro en La fuerza del destino.
[4] Tras ser diagnosticado de cáncer, se vio obligado a cancelar sus compromisos.