Destacó sobre todo en los cuadros dedicados a la infancia.
Entre 1852 y 1853 trabajó para la cristalerías Holyrood en Edimburgo, pero siguió estudiando en la Academia Trustees con Robert Scott Lauder.
En 1853 se encontraba en Londres ganándose la vida realizando retratos, hasta que emigró a Estados Unidos, instalándose en Nueva York, donde continuó trabajando para la Flint Glass Company en Brooklyn.
Apreciado como artesano y artista por su jefe William Owen se casó con su hija en 1855, y con el apoyo de su suegro abrió su propio estudio de retratista.
Más tarde, el marchante de arte Samuel S. P. Avery y el coleccionista John H. Sherwood (constructor del Sherwood Studio Building en 1880) influyeron en que se dedicara de pleno a sus cuadros costumbristas con escenas de niños, que le valieron el título de «los hijos de los pobres, los desheredados, los vagabundos y los abandonados, los huérfanos».