Jorge Brito (artista visual)

Al año siguiente ingresó a la Escuela Nacional de Artes Decorativas Prilidiano Pueyrredón.

Ese mismo año realizó su primera exposición individual en el Club Libertarios de Montevideo.

Mauricio Rantz y Rodolfo Cortegoso en 1959, con quienes realizó un mural en cerámica esmaltada en el hall del edificio de la calle Anchorena 1214.

Si en las pinturas, dibujos y grabados construía el espacio con pantallas sucesivas que —penetrando en profundidad— superponían escenas fragmentadas o figuras veladas, la tridimensionalidad de la escultura le permitió desplegar el desarrollo del tema en todos sus lados.

Así Hamlet o Fausto, Kafka, Albert Camus, Rilke e, incluso, Simone Weil encarnaron cuestionamientos que siempre le habían preocupado.

También integraron esos catálogos —y se exhiben periódicamente en la sala del Club Francais de la Médaille, adscrito a la Monnaie de Paris— obras que localizaron aspectos como la ilusión, el misterio, la soledad o la melancolía, siempre presentes en sus trabajos sobre el plano.

Posiblemente por eso en sus obras maduras dio un lugar preferencial a las contradicciones que evidencian las fisuras de nuestra propia existencia.

Concibió, entonces, un mundo enigmático, lleno de interrogantes, porque para él ese misterio era, paradójicamente, la única realidad.