En 2024, recibió por parte del presidente Daniel Noboa el Premio Eugenio Espejo, máximo galardón cultural ecuatoriano, por sus aportaciones a las artes literarias.
Su obra literaria incluye crónicas, ensayos, cuentos y poesía.
En una entrevista con uno de estos medios, se consideró "ser una especie de cámara fotográfica que imprime todas las visiones que pasan desapercibidas por comunes y propias".
[5][3] Previo a estos empleos, se desempeñaba como docente de un colegio fiscal en Guayaquil.
[3][8] En 2013 lanzó su libro de crónicas irrelevantes Guayaquil de mis desvaríos, donde da importancia a cosas mínimas cotidianas, como todo lo que sucede mientras el semáforo está en luz roja y los carros se detienen, los vendedores deambulan, los mendigos piden caridad, etc.[5] En 2017, Martillo publicó un libro recogiendo cincuenta historias de varios artistas y personalidades que han dejado huella en Guayaquil.