Jorge Martinuzzi

Al estar vacío el trono húngaro, Fernando Habsburgo continuaba clamando sus derechos sucesorios frente a Juan de Zápolya, habiéndose hecho coronar los dos respectivamente con escasa diferencia de tiempo.

Las guerras ambos por la corona eventualmente dividieron al reino húngaro en dos mitades, las cuales constantemente se esforzó por reunificar el monje blanco Martinuzzi.

En 1538 se firmó una paz entre las dos partes, convenio en el que Jorge tuvo gran participación.

Pero Juan I murió en 1540 a los pocos días después del nacimiento de su hijo, por lo cual el pequeño y su madre pasaron a quedar bajo la protección de Jorge Martinuzzi.

Con esto, sin así desearlo fue preparando el camino para el nacimiento del Principado de Transilvania varias décadas después.

Mientras tanto, un enorme ejército arribó a Transilvania compuesto por austriacos, alemanes, checos, españoles húngaros e italianos.

Puesto que Martinuzzi era un personaje del alto clero, surgió una situación muy tensa entre la corte de Viena y Roma, donde el Papa a penas dio credibilidad a las acusaciones de Fernando.

Los demás asesinos corrieron con una suerte terrible, obviamente generada por este mismo crimen que cometieron: Sforza-Pallavicini fue capturado después por los turcos en la batalla de Palást, y fue llevado a latigazos a pie con un bastón hasta Estambul, donde pagaron 16.000 piezas de oro por su liberación.

Escudo de Armas del cardenal Martinuzzi
Cardenal Martinuzzi para la época de su muerte.