[23] Habida cuenta de las notables dotes naturales que desde muy temprana edad presenta para el modelado y la práctica escultórica en general, en torno a 1927, recibe una cierta ayuda del «Ateneo» de la localidad, si bien en marzo de 1930 (con 16 años), «sin esperarse a cobrarla»,[2][3] se traslada a Madrid, donde gracias a su paisano el pintor Eugenio Hermoso consigue inscribirse como alumno oficial en la «Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado» de la capital (1931), siendo galardonado durante los mismos con los Premios José Piquer o Molina Higueras (dotado con 250 pesetas), entre otros, a la vez que acude a dibujar al Museo de Reproducciones Artísticas, instalado por entonces en el Casón del Buen Retiro.
[3] A la vista de tales resultados, el 13 de julio del año siguiente, previo informe del alcalde Victoriano Cordero González, quien durante su reciente visita a la corte ha podido comprobar de primera mano que las privaciones que, a su juicio, soporta el incipiente artista «contribu[yen] a que no pueda desenvolver debidamente sus excepcionales aptitudes para la escultura, y menos en el porvenir, que ha de necesitar valerse de modelos que no podría pagar», se acuerda por unanimidad incrementar la dotación de la ayuda en 500 pesetas, así como que por parte de la Presidencia se gestione la concesión de una beca para que pueda ampliar su formación en el extranjero.
[2] En mayo de 1940, remite al Ayuntamiento frexnense un nuevo escrito acerca de su «comportamiento como pensionado», acompañado, como viene siendo habitual, del boletín de notas obtenidas en los últimos exámenes a fin de que la «Corporación pueda apreciar que quiere corresponder al sacrificio que para ella supone la pensión que [se le viene concediendo]».
[1] En cuanto a las obras realizadas a lo largo de esta etapa formativa conservadas en su pueblo natal, se conocen distintos escudos de armas y otros varios elementos de carácter ornamental repartidos por diversas viviendas de la población,[22] así como una curiosa figura zoomorfa (piedra, 53 x 110 x 73 cm, aprox.)
concebida a requerimiento del tallista y escultor local Enrique Granero como parte de las obras expuestas a raíz del cuarto centenario del nacimiento del ya citado humanista extremeño Benito Arias Montano en 1927 y conservada hoy en la plaza de abastos de la localidad, construida entre los años 1914 y 1915 en el interior de su castillo.