Según concluyó la Audiencia Nacional, facilitó los explosivos empleados en los atentados a sus autores.
Los explosivos se suministraron en diferentes tandas a Jamal Ahmidan, "El Chino", narcotraficante que participó activamente en la organización de los atentados y más tarde se suicidó en Leganés, a quien conoció gracias a Rafá Zouhier.
[4][5] Es el español con la pena carcelaria más elevada de la historia tras ser condenado como colaborador necesario en los atentados del 11-M.
Aunque durante el juicio defendió su inocencia, en marzo del 2024 y coincidiendo con el 20º aniversario del 11-M, en una conversación con su abogado, Suárez Trashorras pidió perdón a las víctimas por todo lo que hizo, y señaló su voluntad de querer reunirse con todas y cada una de ellas para tratar de «explicarles todo».
[6] En esa misma conversación, Trashorras solicitó acogerse a la ley de eutanasia, como protesta porque no le dan «ningún tratamiento médico ni psiquiátrico» y no le dejan acceder a sus «médicos privados» o «psicólogos».