Mientras realizaba el bachillerato en el Instituto Fernando Herrera de Sevilla,[3] descubrió su vocación científica, y decidió que se dedicaría a la genética.
[4] Se licenció en Químicas (especialidad Bioquímica) por la Universidad de Murcia en 1989.
En el CABD se encuentra una de las mayores instalaciones de peces cebra del mundo con tres mil peceras.
Estas regiones reguladoras de ADN, contiene información capaz de controlar cuándo, dónde y cómo se sintetizan las proteínas y se producen los genes.
El objetivo es conocer la reacción del animal ante diversas enfermedadesː cáncer, problemas cardíacos, diabetes o sordera, entre otras.