Fue conducido ante el pelotón de fusilamiento en tres ocasiones, las dos primeras simuladas y en la última, que era la definitiva, salvó la vida gracias a la intervención de los Cónsules de Argentina, Francia, Bélgica y Alemania.
Controló el puerto de Alicante dando órdenes precisas al comandante del crucero Canarias.
Evitó una verdadera masacre en el mismo puerto al conseguir que no hubiese muertos por enfrentamientos armados.
Sus ideales falangistas le obligaron a abandonar importantes cargos y finalmente retirarse de la política por coherencia con su pensamiento.
Ostentó la presidencia del Colegio de Farmacéuticos de Alicante durante, casi, tres décadas siendo Vocal del mismo en el ámbito nacional.
Contrajo segundas nupcias con Nancy Cavalheiro de Souza, quien aportó dos hijas más a la familia (Cristina y Andrea).