Parte de su obra puede englobarse ya dentro del movimiento modernista.
Algunos autores lo sitúan dentro de la generación del 98.
Ya en su juventud marchó a Sevilla para estudiar la carrera de derecho, lo que más tarde le permitió acceder a cargos como el de secretario del político onubense conservador Burgos Mazo, secretario en el Ayuntamiento de Niebla o bibliotecario de la Diputación Provincial de Huelva.
Su carrera periodística le llevó a vivir en los últimos años del siglo XIX en Marruecos donde fundó y dirigió el diario El Lejano Occidente, en Madrid donde fue redactor de La Época y colaborador de El Nacional o en Huelva, donde colaboró en El Defensor, El Alcance y La Concordia.
Ya en el siglo XX dirigió la edición sevillana de El Liberal y se convirtió en colaborador asiduo del suplemento Blanco y Negro y del diario ABC.