En la urbs regia, nuestro autor acudió a su musa en certámenes y demás justas poéticas.
Empieza entonces una segunda etapa cortesana, entrecortada con breves estancias en Sevilla y en Cádiz.
Montoro llega a gozar de un notable éxito en la Corte.
Fue probablemente durante esta corta etapa cortesana cuando se le concedió el título de secretario del Rey.
Sus obras, publicadas póstumamente en 1736, revelan las premisas de un nuevo discurso poético.
Figura entre las autoridades del primer diccionario de la Real Academia Española.