De regreso al sur, participó en las últimas campañas a los Andes australes.
De esta manera, Roca se aseguraba el apoyo a su política en una provincia en la que no tenía aliados reales, y que había sido un bastión del clericalismo, opuesto a la política anticlerical del presidente.
Se creó el Concejo Municipal de la capital, aunque excesivamente subordinado al gobierno provincial.
Se delineó la Villa Gobernador Cubas en los alrededores de la capital, destinada a la "clase trabajadora", con sus manzanas, calles y plazas.
En el año 1887 se inauguró el tranvía tirado por caballos que unía las Chacras de los alrededores con el centro.