En 1825 dio a conocer su Concierto en fa sostenido menor.
Pronto fue comparado con el virtuoso italiano Niccolò Paganini, a quien oyó en 1826 en Viena.
Aprendió de memoria el Concierto para violín n° 2 "La Campanella" del italiano y se lo tocó, lo que le causó a este una gran impresión, apodándolo "El Ruiseñor de los ruiseñores" (ruiseñor en checo es Slavík).
En 1933 sus restos fueron trasladados a Praga en la colina de Vysherad.
Él priva al público del habla y lo conmueve hasta las lágrimas.