[1] Alcanzó la fama cuando introdujo en España las primeras milongas aflamencadas del folklore argentino en 1904.
Tras la muerte de su madre, con 21 años, en 1873, su padre contrajo matrimonio con Juana Vargas Ceda.
En esta época, Pepa de Oro llegó a actuar en el Salón Filarmónico, donde compartió escenario con artistas como Enriqueta la Macaca, Carmen la Pichira, Carlota Ortega o Antonia Gallardo la Coquinera, entre otros.
Quedó viuda y, posteriormente, contrajo matrimonio con Esteban de Jerez, del que se separó tiempo después.
El proceso evolutivo que siguió la milonga argentina hasta su definitivo aflamencamiento probablemente comenzó con el yaraví, y otros géneros llamados tristes, para a continuación aparecer la cifra y por fin la milonga.
[6] La primera milonga con verdadero carácter flamenco, y compás de tango-tiento, es la que popularizó Pepa Oro a finales del siglo XIX.
[6] Este cante tiene dos partes bien definidas, la primera, la verdadera milonga con su retahíla de versos sobre un breve motivo melódico, y la rumbita final.
[3] El Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba creó en su XIII edición (1992) el Premio "Pepa Oro" para guajiras, punto cubano, colombianas, en primer lugar, y para milongas y vidalitas en segundo lugar.
Por una parte, los cantes de ida y vuelta eran la última creación artística que había tenido el género.
Sus máximos cultivadores habían sido los divos flamencos, aquellos que dieron valoraciones armoniosas y teatrales.
[3] En esta ocasión, el escritor se equivocó al decir que no era gitana, pues estaba mal informado.