Es una esposa felizmente casada y embarazada de su segunda hija, Isabel.
En 1774 falleció su marido, dejándola viuda con veintiocho años, y su hermana Juana Jacinta.
Además intentó interceder por él aunque no consiguió que Manuel Godoy se apiadase.
Ante todo, Josefa de Jovellanos denunció las escandalosas desigualdades que advertía alrededor.
Este no es tanto un poema laudatorio sino más bien un poema de crítica social, usando para ello la ironía: Dixo que el Rei y la Reina era gente d´emportanza, todos dixeron amén
De fame anda la xente espavorida; lles llágrimes ñon más tien por vianda,