Josefina Soria

Posteriormente se trasladó a Cartagena y también vivió en Murcia, ciudad en la que falleció.

Según el profesor Juan Barceló Jiménez, en "Propagada armonía" advertimos un tono ligeramente surrealista, con imágenes atrevidas, sugerentes, sin perder jamás de vista la realidad concreta; esa realidad a la que tan insistentemente siempre ha estado anclada Josefina Soria".

[2]​[3]​ Cinco años después, en 1978, aparece su libro "El alba oscurecida", en la que busca motivos bíblicos como fuente de inspiración.

Soria Investigó en el Archivo Municipal de Cartagena sobre leyendas y anécdotas locales para escribir/documentar sus relatos.

Sabe sortear con rara habilidad los obstáculos y los prejuicios que siempre supone hablar de la conquista americana, del Descubrimiento".