El examen fue duro y los candidatos tuvieron que realizar cinco pruebas: poner música al salmo Dóminus regnavit a ocho voces en 48 horas; dirigir una gloria frente a la capilla de música; componer un villancico a ocho voces con recitado y aria, con el texto Llorando está sentada; composición de un bajete a ocho voces; y una prueba teórica de música.
En tercer lugar pusieron a José Pacheco, al que reprobaron en la mayoría de sus composiciones.
[3] Alexandre apeló al Consejo de Castilla en Valladolid, que le dio la razón.
[3] Entretanto, Alexandre se vio obligado a solicitar una plaza de flautista en la Catedral de Orihuela en 1812, obligado además a suplir el violín o el violonchelo.
Entre ellas se encuentran tres misas, lamentaciones, motetes, responsorios, salmos y magníficats, villancicos.