Combatió como soldado raso en la Primera Guerra Mundial y recibió siete citaciones de honor por valentía en la lucha.
Antes de aceptar el apoyo del III Reich para formar la Milicia Francesa, Darnand se había unido a las SS germanas, jurado lealtad a Hitler y recibido el grado de Sturmbannführer (Mayor) en las Waffen SS para luchar contra la Unión Soviética en 1942, pero los jefes de la SS comprendieron que sería más útil dirigiendo la represión en Francia y le ordenaron volver a su país para esperar órdenes.
De hecho, Darnand se había alineado definitivamente a favor del fascismo pero no compartía las ideas hegemónicas de la Alemania nazi, por el contrario, cultivaba el ultranacionalismo francés conjuntamente con un furibundo anticomunismo y abierto odio a los judíos.
En estas tareas represivas los colaboracionistas franceses alcanzaron notable éxito, aplicando indiscriminadamente la tortura y los asesinatos.
El mariscal Philippe Pétain intentó distanciarse de las brutalidades cometidas por la Milicia contra los judíos, la Resistencia y la población civil en general, pero Darnand replicó a Pétain en una carta en la que rechazaba estas condenas de última hora, recordándole además los servicios prestados por la Milicia a Vichy, así como el apoyo tácito del propio Pétain a sus actividades.