[...] Estudié, amé, trabajé, sin escatimar esfuerzos y con esperanza, para ser digno de mi generación».
Josiah Royce pasó sus primeros años en la California, poco después de la fiebre del oro.
Tras pasar algún tiempo en Alemania, donde nació su admiración por Hermann Lotze, regresó a los Estados Unidos para terminar su doctorado en la Universidad Johns Hopkins,[4] de reciente creación, que le concedió en 1878 uno de sus primeros cuatro doctorados en filosofía.
Durante sus primeros tres años en Harvard, Royce enseñó muchas materias diferentes, como composición, ciencia forense, psicología y filosofía para otros profesores.
Aunque finalmente se estableció escribiendo filosofía, su adultez temprana se caracterizó por intereses amplios, durante los cuales escribió una novela, investigó fenómenos paranormales (desde el escepticismo) y publicó un importante cuerpo de crítica literaria.
[12] Royce veía la tarea como un proyecto secundario, que podía utilizar para ocupar su tiempo libre.
Al parecer nunca desestimó esta idea, aunque dedicó sus trabajos posteriores a exponer su filosofía sobre la comunidad.
Las dos influencias clave del pensamiento de Royce fueron Charles Peirce y William James.