En un cuadro que pintó del insigne Obispo, quedó retratada su curiosa actividad de tejer canastas.
Esto ocurrió en 1809, y es la primera vez que se tenga noticia del uso de la palabra "puertorriqueño".
Para Arizmendi, esto era también un símbolo nacional de Puerto Rico, al unir su patria y a Dios en su corazón.
Arizmendi trabajó fuerte para aumentar los fondos necesarios para la construcción del Seminario Conciliar, que logró inaugurarse en 1832 - el Obispo no llegó a verlo construido.
También reconocía sus propias faltas, cuando se excusó con quienes pudo haber ofendido en el Cabildo Eclesiástico.