Se incorporó a la lucha armada en San Miguel el Grande en unión de José Luis Malo y Luis G. Mireles.
Fue despachado a Acámbaro por órdenes de Miguel Hidalgo con el fin de conseguir parque, recursos y soldados, reincorporándose en Silao pocos días después.
Defendió Guanajuato, y luego se retiró a Zacatecas con Ignacio Allende.
Participó en la Batalla de Aguanueva y entró con sus tropas a Saltillo.
Al llegar a la capital del Nuevo Reino de León, el señor Obispo Marín se embarcó con dirección a Veracruz escapando de los insurgentes, mientras que el gobernador Manuel Santa María, encontrándose con muy pocos soldados con que hacerles frente, se adhirió a la causa independentista, dándosele el grado de Mariscal.