Bermúdez actúa asimismo como fiador del obispo y es elegido además, según el propio Palencia, «por haber estado (…) muchas veces en aquellas islas».
Nada más tocar tierra, los conquistadores improvisaron un altar y el deán Bermúdez ofició la primera misa.
Allí, además de una torre y casas, se construye una ermita en honor a santa Ana por orden del deán Bermúdez según Viera y Clavijo.
[12] Bermúdez acompaña al rey Fernando desde Córdoba en su campaña contra Málaga.
[16] Por su participación en la guerra de Granada, Bermúdez recibió tierras y bienes durante el repartimiento, tanto en Ronda como en Málaga.